
UREA – MAP MEXICANA
No es un secreto que México ha sufrido alteraciones en sus temporadas de lluvia, además del incremento de temperaturas por el territorio rebasando hasta los 40°C. En los últimos meses se han reportado crisis por agua en el norte del país y existe un riesgo latente a que esto se vaya propagando poco a poco a consecuencia de: niveles bajos en presas, desperdicio en el consumo diario y la falta de lluvia.
La lluvia es sin duda el principal agente para la actividad agropecuaria pero también el que más gasto de este recurso tiene, de acuerdo con la CONAGUA, por ello emergen las innovaciones en los sistemas de riego para optimizar el recurso sin arriesgar el proceso de siembra.
A inicios de este mes la lluvia se hizo presente en varias regiones del país y con ello nació la demanda de los fertilizantes, la duración de la temporada agrícola no era clara pero la mayoría coincidían en esperar ya que, por el atraso en el arranque, se estimaba tener una temporada de 2 a 4 más allá de lo esperado.
Las expectativas de lluvia subieron el ánimo de los agricultores para mediados de julio, mismo que empezaron a negociar los insumos que requerirían durante este último semestre del año.
En estos últimos días resonaba que las temporadas agrícolas del centro y suroeste durarían menos a lo que proyectaba, además que la distribución de lluvia no está a favor de las actividades del campo.
Como consecuencia de lo anterior no se está alcanzando la fertilización oportuna de los cultivos, es decir, el consumo de fertilizantes terminaría siendo menor al que se espectaba. Todo esto provoca: sub-fertilización, disminución en la producción agrícola y reubicación de los fertilizantes principalmente en el Pacifico.
En el tema de los fertilizantes, los precios continúan ajustándose a los precios internacionales, en cada zona del país con diferente tasa en función a las expectativas de la demanda. En el pensamiento del vendedor no hay interés en quedarse con inventario después de las temporadas por lo que buscara colocar sus existencias mientras continúe la demanda en el mercado.
IMPACTO
Siendo México un país rico en suelo y mano de obra, estos programas se hacen cada vez más presentes en territorios donde la principal fuente de ingresos es el campo.
De acuerdo a las estadísticas, el objetivo establecido para este ejercicio (Ene – Oct) es extender el programa a las 32 entidades de la República Mexicana, pronosticando beneficiar a más de 1,500,000 productores de pequeña escala, dispersando así más de 900,000 toneladas en este periodo.
MERCADO
Esta iniciativa social es sin duda, para muchos pequeños productores, un gran apoyo para el establecimiento y desarrollo de sus cultivos, pero si lo vemos de manera comercial, esto impacta directamente al sector de quienes producen y comercializan fertilizantes, ya que disminuye su participación de mercado y, por ende, sus ventas y las demás cadenas de comercialización y distribución local.
La industria deberá de estar muy atenta a esta iniciativa por parte del gobierno de México para trabajar así en estrategias y ofrecer condiciones de venta atractivas a los productores de frijol, hortalizas, maíz y arroz.